8 señales de diabetes: ¡actúe antes de que sea demasiado tarde!

La diabetes también se manifiesta a través de diversos problemas dermatológicos. Si nota piel seca persistente, picazón incesante o síntomas de dermopatía diabética, caracterizada por piel dura y áspera, especialmente en manos y pies, podría ser un signo de diabetes en desarrollo. Aproximadamente la mitad de las personas con diabetes suelen presentar manchas marrones o rojas en brazos o piernas, que se asemejan a cicatrices marrones y se hacen más visibles con el tiempo. Además, otras afecciones cutáneas similares pueden desarrollarse en pliegues cutáneos, como axilas, cuello e ingles, lo que provoca el oscurecimiento de la piel.
Visión borrosa .

Si su visión se vuelve borrosa, nublada o incluso doble de un día para otro, no es algo que deba tomarse a la ligera. La diabetes mal controlada puede provocar una liberación excesiva de azúcar en la sangre, lo que provoca que los vasos sanguíneos responsables de la visión se engrosen y endurezcan. Una de las complicaciones más graves es la retinopatía diabética, que puede desarrollarse a temprana edad en personas con diabetes. Si nota un deterioro de la visión, dolor ocular o cualquier cambio inusual en los ojos, es importante consultar a un médico, ya que estos problemas de visión pueden aumentar significativamente el riesgo de ceguera.
Pérdida repentina de peso .

La pérdida de peso inexplicable también puede ser una señal preocupante. Si el cuerpo produce demasiada insulina repetidamente, puede provocar un mal funcionamiento del páncreas, responsable de la producción de insulina. Esto puede provocar una producción insuficiente de insulina y una mala utilización de la glucosa, lo que podría provocar diabetes. Como resultado, el cuerpo comienza a recurrir a las reservas de grasa y proteínas para obtener energía, lo que provoca una pérdida de peso significativa.
Fatiga constante:
La fatiga persistente es una señal importante a la que hay que prestar atención. Por supuesto, es normal sentirse cansado después de un largo día de trabajo o una semana ajetreada en la oficina. Sin embargo, si esta fatiga persiste incluso después de un descanso adecuado, conviene preguntarse. El cuerpo está diseñado para regenerarse durante el descanso, especialmente durante el sueño. Pero si el cansancio constante persiste incluso después de una buena noche de sueño, podría indicar un uso ineficiente del azúcar como fuente de energía. Si el cuerpo no utiliza la insulina de forma eficiente para convertir el azúcar en energía, puede provocar una disminución significativa de los niveles de energía.
Micción frecuente y sed excesiva.

 

 

 

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