Mucha gente ha cometido este error al usar una freidora de aire.

¡Ah, la freidora de aire! Todos la compramos con entusiasmo, soñando con papas fritas doradas, verduras crujientes o alitas de pollo dignas de un buen restaurante. Y, sin embargo, tras varios intentos poco convincentes (papas fritas blandas, cocción desigual, comida pastosa), el entusiasmo se desvanece rápidamente. ¿El culpable? Un error muy común que (casi) todos cometemos. ¿Y si por fin lo corregimos?
Ya basta: el enemigo número uno es sobrecargar la cesta.

Al recargar la cesta:

La comida no se dora, sino que se cuece al vapor.
El centro queda blando o crudo, mientras que los bordes se queman.
Y el tiempo de cocción aumenta… a costa de la tan deseada velocidad.
¿La solución?

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