Una madre se negó a acoger a su hija embarazada, pero se presentó ella misma en el «gran apartamento», exigiendo una habitación y una indemnización…

Una madre se negó a acoger a su hija embarazada, pero se presentó ella misma en el «gran apartamento», exigiendo una habitación y una indemnización…

Una madre se negó a acoger a su hija embarazada, pero se presentó ella misma en el ‘gran apartamento’, exigiendo una habitación y una indemnización… hasta que huyó con el pastel y un escándalo.

—María, tú y Javier ya son adultos, y tienen que entender que sus padres solo les deben cosas hasta los 18 —dijo doña Carmen Ruiz con moraleja—. Después, estarán solas. Y además, están casadas, así que su esposo tiene que cuidarlas.

 

 

—Mamá, solo te pido que nos acojas temporalmente —suplicó María—. Un mes, quizá dos. Estoy embarazada y han despedido a Javier. En cuanto se calmen las cosas, nos iremos de nuevo.

Pero doña Carmen Ruiz se mantuvo firme. No hacía mucho, tras años de viudez, había empezado a vivir con un hombre y disfrutaba plenamente de su recién descubierta felicidad. No estaba dispuesta a sacrificar ni un solo día de comodidad.

—María, a don Nicolás no le va a gustar nada —declaró finalmente—. ¿O es que quieres destrozarme la vida?

Sin esperar respuesta, doña Carmen colgó.

 

 

 

 

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