Los jabones, detergentes, productos químicos de limpieza y desinfectantes pueden agotar los aceites protectores naturales de la piel, haciéndola más propensa a la sequedad y las lesiones.
Contacto prolongado con el agua: los profesionales de la salud, los limpiadores, los peluqueros y los trabajadores de servicios de alimentación se lavan las manos con frecuencia varias veces al día. El lavado excesivo rompe la barrera cutánea, lo que aumenta la incidencia de dermatitis.
Algunas personas desarrollan dermatitis alérgica de contacto tras la exposición al níquel, el látex o ciertas fragancias presentes en cosméticos y productos de cuidado personal.
El eccema atópico y la psoriasis son factores de riesgo para la dermatitis crónica de las manos.
Clima y medio ambiente: el aire frío y seco puede empeorar los síntomas, mientras que la humedad puede prolongar los brotes.
Reconocer los síntomas.
Los síntomas de la dermatitis de manos varían en gravedad, pero comúnmente incluyen:
Enrojecimiento e inflamación: la piel puede verse hinchada, irritada y caliente al tacto.
Sequedad y descamación: las escamas y las escamas suelen formarse cuando la capa externa de la piel se deteriora.
Grietas y llagas: pueden aparecer grietas profundas que causan dolor y, en ocasiones, sangrado.
Picazón y ardor: la picazón persistente puede interrumpir el sueño y las actividades diarias.
Engrosamiento de la piel: la dermatitis crónica puede endurecer y áspera la piel con el tiempo.
Sin tratamiento, la afección puede empeorar y provocar infecciones secundarias. Los signos de infección incluyen pus, hinchazón y dolor intenso.
Opciones de tratamiento:
Continúa en la página siguiente⏭️
