¡Llenar un frasco de vidrio con esto nunca es suficiente! ¡Normalmente prefiero llenar cinco a la vez!

 

  1. Preparar las verduras:

    • Pica finamente una cebolla blanca pequeña, aproximadamente 1 taza. Añádela a un tazón mediano.
    • Pica finamente el chile jalapeño o serrano. Si prefieres un toque menos picante, retira las venas y las semillas. Agrega el chile picado al tazón con la cebolla.
  2. Combine y deje que los sabores se mezclen:

    • Vierta ¼ de taza de jugo de limón sobre las cebollas y los pimientos.
    • Añade ¾ de cucharadita de sal marina fina y revuelve todo junto.
    • Deja reposar la mezcla en el bol unos minutos. Esto permite que los sabores se integren y ablande un poco la cebolla.
  3. Terminar la salsa:

    • Picar 700 g de tomates rojos maduros en trozos pequeños. Si están muy jugosos, escurrir un poco el exceso de líquido. Agregar los tomates picados al tazón.
    • Pica finamente aproximadamente ½ taza de cilantro fresco, desechando los tallos. Agrega el cilantro picado al tazón con los demás ingredientes.
  4. ¡Mezcla y disfruta!

    • Revuelve todos los ingredientes en el bol hasta que estén bien combinados.
    • Pruébalo y ajusta la sazón a tu gusto. Quizás quieras añadir más jugo de limón o sal.
  5. Servir y almacenar:

    • El pico de gallo se disfruta mejor fresco. Sírvalo con totopos para mojar o úselo como aderezo para tacos, burritos, nachos o carnes a la parrilla.
    • Si le sobran, guárdelas en un recipiente hermético en el refrigerador hasta por 2 días. Los sabores seguirán desarrollándose, pero los tomates podrían ablandarse.