5. Piel seca y con picazón
El exceso de fósforo y otros productos de desecho no eliminados por los riñones pueden causar sequedad y picazón persistente, particularmente alrededor de los pies y los tobillos.
6. Heridas o úlceras de cicatrización lenta
La mala circulación y el daño a los nervios pueden perjudicar la curación, dando lugar a llagas persistentes, úlceras, infecciones o incluso gangrena si no se tratan.
7. Síndrome de piernas inquietas

Las sensaciones incómodas (ardor, hormigueo o una necesidad irresistible de mover las piernas) son comunes en personas con enfermedad renal crónica. Los síntomas suelen empeorar por la noche y pueden estar relacionados con la deficiencia de hierro o los niveles bajos de eritropoyetina (EPO), ambos asociados con anemia renal.
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