Mi marido me dijo que estaba de viaje de negocios y entonces lo encontré cavando un hoyo detrás de nuestra casa del lago y le grité: “¡Aléjate!”.

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro. “De acuerdo.”

“¿Y Adán?”

” Sí ? “

“La próxima vez que vayas a Portland, realmente irás a Portland”.

Él se echó a reír. “Está bien.”

***

Tres semanas después, estábamos en el cementerio de Millfield mientras bajaban un ataúd digno al cementerio consagrado. La lápida tenía la inscripción: «Samuel, 1898-1934. Amado padre y esposo. ‘El amor lo puede todo’».

Medio pueblo estaba allí. Resulta que mucha gente recordaba la historia de forma distinta a como la contaban los chismes.
Samuel no era un rompehogares. Era un hombre que se había enamorado de una mujer atrapada en un matrimonio sin amor. Cuando su esposo lo descubrió, usó su dinero e influencia para destruir la vida de Samuel, poco a poco.

La mujer, Margaret, había fallecido cinco años después de Samuel. La enterraron a tres tumbas de donde habíamos enterrado a Samuel… lo suficientemente cerca como para que finalmente pudieran estar juntos, aunque les llevara 90 años.

Mientras caminábamos de vuelta al coche, Kelly me tiró de la mano. “Mamá, ¿por qué lloras?”

Me sequé los ojos y le sonreí. “A veces los adultos lloramos cuando pasa algo bonito, cariño.”

“¿Es eso hermoso?”

Miré las flores frescas en la tumba de Samuel, y luego a Adam, que caminaba a mi lado con Sam a hombros. “Sí, cariño. A veces las cosas más hermosas son las que más tardan en florecer”.

Adam me miró a los ojos y sonrió. La misma sonrisa que me había dedicado en la cafetería doce años atrás… cuando el mundo era más sencillo y nuestro mayor secreto era si le ponía azúcar al café.

Algunos secretos están tan enterrados que se convierten en huesos. Pero otros, cuando finalmente se revelan, se transforman en algo completamente distinto. Se convierten en historias de amor.

Esta obra está inspirada en hechos y personas reales, pero ha sido ficticia con fines creativos. Se han cambiado nombres, personajes y detalles para proteger la privacidad y enriquecer la historia. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, o con hechos reales es pura coincidencia y no es intencional por el autor.

El autor y la editorial no garantizan la exactitud de los hechos ni la representación de los personajes, y no se responsabilizan de ninguna interpretación errónea. Esta historia se presenta tal cual y las opiniones expresadas son las de los personajes y no reflejan la opinión del autor ni de la editorial.