Por qué no debes esperar
Lo que preocupa a los médicos británicos hoy en día es que muchas personas optan por ignorar los síntomas, por miedo a ser juzgadas o por simple desconocimiento. Sin embargo, cuanto más se retrasa el tratamiento, más se propaga la infección, tanto dentro de la familia como entre el entorno. Y con ello, el riesgo de complicaciones cutáneas, como infecciones secundarias.
La buena noticia, sin embargo, es que existen tratamientos sencillos y efectivos, a menudo en forma de crema o loción para aplicar en todo el cuerpo. La clave es consultar a un médico ante la primera señal para evitar complicaciones … ¡y también para tranquilizarse!
Dejemos de lado las ideas preconcebidas: la sarna le puede pasar a cualquiera
Contrariamente a la creencia popular, la sarna no tiene nada que ver con la falta de higiene. Se transmite por contacto prolongado de piel a piel, de ahí su frecuente incidencia en comunidades o familias. No hay nada de qué avergonzarse, pues, es simplemente una afección cutánea como cualquier otra, que merece ser tomada en serio, sin estigma .
Así que, si tu piel te envía pequeñas señales, escúchala. Puede que no sea nada… o puede que simplemente sea el momento adecuado para cuidarte de la cabeza a los pies.
Y a veces detectar esos pequeños detalles puede marcar la diferencia.