La luz azul de las pantallas bloquea la melatonina, la hormona que ayuda a inducir un sueño profundo y reparador, lo que dificulta conciliar el sueño. Establecer una rutina relajante para la hora de acostarse (leer, escribir un diario o meditar) puede indicarle a tu cuerpo que se relaje y reduzca los despertares tempranos. Curiosamente, no todos los despertares a las 3 o 4 de la mañana son negativos.
Algunas tradiciones consideran estas horas como un momento de reflexión. Tranquilas y sin distracciones, pueden brindar claridad y momentos para la meditación, la oración o la introspección. Lo que puede parecer una interrupción puede convertirse en una oportunidad para el crecimiento personal y la conexión con uno mismo. Sin embargo, si despertarse durante estas horas se vuelve frecuente y te deja cansado durante el día, quizás sea el momento de ajustar tus hábitos nocturnos o consultar con un profesional. Prestar atención a las señales sutiles de tu cuerpo puede ayudar a mejorar la calidad del sueño, el bienestar mental y el equilibrio general.
