Un hombre cambia su contraseña de Wi-Fi y su vecino llama al 911…

 

Crestwood I-01. ¿De quién es este avión?, preguntó Navarro. Darius negó con la cabeza.

—Yo no —intervino el agente Carter, arqueando las cejas—. Así que alguien usó tu wifi sin permiso.

Darius asintió. Y no creo que solo estuvieran robando internet. Mira los registros de conexión.

No se detuvo. Alguien estaba observando. Navarro cambió de opinión.

Esto ya no era solo una disputa vecinal. Melanie, todavía de pie en el porche, de repente pareció incómoda. Un momento.

¿Qué quieres decir con “observando”? Darius se giró hacia ella con la mirada fría. “Por fin, alguien nos espía. Y quizá nos esté vigilando a todos.”

Pero la verdadera pregunta era: ¿quién? El silencio invadió el jardín. El peso de las palabras de Darius pesaba sobre ellos. Melanie, tan segura de tener razón, de repente pareció incómoda.

¿Espiando? Esto no era lo que esperaba. Navarro se enderezó. “De acuerdo”, dijo.

Ahora es más serio. Vamos. Quiero ver exactamente a qué nos enfrentamos.

Darius no protestó. Acompañó a los oficiales a casa, con la frustración en aumento. No había hecho nada malo.

Y, sin embargo, allí estaba, tratado como sospechoso en su propia casa. Melanie dudó antes de seguirlo. No sabía por qué, pero algo le decía que necesitaba oír esto.

Una vez dentro, Darius dejó su teléfono sobre la mesa del comedor y abrió la configuración del router en la pantalla de su ordenador. Apareció la lista de dispositivos. Ahí estaba, otra vez.

Crestwood Eye 01. Mantente conectado. Mantente activo.

El agente Carter se inclinó hacia delante, examinando los detalles. “¿Ves qué tipo de dispositivo es este?”, preguntó Darius, moviendo los dedos rápidamente. “No lo sé exactamente, pero…”. Abrió los registros de actividad y se quedó paralizado.

Navarro notó el cambio en su rostro. ¿Qué le pasa? A Darius se le secó la garganta. Revisó… la grabación.

 

 

 

 

Continúa en la página siguiente⏭️