La Presencia Silenciosa.
En medio de su desesperación, se encontraba alguien a quien apenas había notado: Marbel, la nueva criada. No era ni llamativa ni bulliciosa. Vestía un sencillo uniforme morado y se movía con serenidad.
Cuando Cassandra puso los ojos en blanco al ver la bebida de Adrien, Marbel se la acercó con cuidado. Cuando Cassandra se negó a retirar su silla, Marbel lo guió pacientemente por los jardines.
Adrien se dio cuenta de que ella no lo miraba con lástima ni codicia. Lo veía como un hombre herido, pero digno.
Y algo en su corazón empezó a agitarse.
Máscaras que caen
Con el paso de las semanas, las pretensiones de Cassandra se desmoronaron por completo. Su desprecio se hizo más audaz. Se burlaba de él en privado, llamándolo «una sombra de lo que era».
El golpe de gracia llegó una noche, durante una gran fiesta en la terraza. Vestida de seda y diamantes, Cassandra rió a carcajadas entre sus amigas. Con una sonrisa cruel, señaló a Adrien, sentado en su silla.
“Míralo ahora”, se burló.
Una risa resonó a su alrededor, avergonzada pero real. A Adrien le ardía el rostro. Sentía una opresión en el pecho. A pesar de toda su riqueza, nunca se había sentido tan pequeño.
Detrás de él, Marbel permanecía inmóvil. Su silencio, sus manos tranquilas sobre la silla de ruedas, actuaban como un escudo para él. No necesitaba palabras: su fuerza era suficiente para estabilizarlo.
Esa
noche, Adrien se miró al espejo. Dejó a un lado el collarín que llevaba semanas usando. Ya sabía la verdad sobre Cassandra. Pero surgió una nueva pregunta: ¿qué pasa con Marbel?
A la mañana siguiente, Cassandra entró, chasqueando los tacones, sin apenas mirarlo antes de anunciar que tenía planeado el almuerzo. Adrien se sintió extrañamente libre.
“Basta”, dijo con firmeza. Y ante su mirada atónita, se levantó de la silla. Tenía las piernas fuertes.
Cassandra se quedó paralizada, y su rostro se retorció de furia. “¡¿Me tendiste una trampa?!”, gritó. En el fondo, lo sabía. Lo que ella llamaba amor nunca había existido. Salió furiosa, su lealtad superficial finalmente expuesta.
Adrien se volvió hacia Marbel, preparándose para el juicio.
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