El momento que lo cambió todo
Todo llegó a su punto álgido en el pasillo. Delante de todos, Tyler intentó humillarla de la peor manera posible: le tiró de la falda. Las risas estallaron por todos lados.
Pero Sofía levantó la cabeza. Sus ojos brillaban con un fuego sereno y gélido.
—No bromeo, Tyler. Me obligaste a demostrar quién soy.
Y en ese momento ocurrió algo que nadie olvidaría jamás.
La fuerza oculta de Sofía
Todo el pasillo se congeló cuando Sofía dio un paso adelante. Con un movimiento rápido, desequilibró a Tyler y lo estrelló contra el suelo.
Sus amigos corrieron a ayudarla, pero Sofía se movía con una fluidez asombrosa: cada paso, cada brazada, era precisa e impecable. Era como ver un baile, pero más vivaz, más fuerte.
Me quedé paralizada, consciente de la verdad: Sofía practicaba artes marciales desde pequeña. Había competido e incluso ganado premios. Cada movimiento demostraba disciplina y maestría.
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