El vínculo entre la deficiencia de vitamina D y el hígado graso
La enfermedad del hígado graso es uno de los problemas de salud de más rápido crecimiento a nivel mundial, afectando aproximadamente al 32% de la población mundial, según una revisión sistemática de 2022. Está estrechamente relacionada con el aumento de las tasas de obesidad, diabetes y disfunción metabólica. Sin embargo, investigaciones recientes destacan otro posible factor que a menudo pasa desapercibido: la deficiencia de vitamina D.
¿Podría mantener niveles óptimos de vitamina D ayudar a proteger el hígado? Esto es lo que sugiere la evidencia.
¿Qué es la enfermedad del hígado graso?

La enfermedad del hígado graso (EHG) , o esteatosis hepática, se produce cuando se acumula un exceso de grasa en el hígado . Si bien las etapas iniciales suelen ser asintomáticas, la acumulación persistente de grasa puede afectar la función hepática y provocar complicaciones graves, como inflamación, fibrosis, cirrosis y, en algunos casos, cáncer de hígado .
Existen dos tipos principales de enfermedad del hígado graso:
1. Enfermedad hepática esteatótica asociada a disfunción metabólica (MASLD)
Anteriormente conocida como enfermedad del hígado graso no alcohólico (EHGNA), la EHGNA afecta aproximadamente a 1 de cada 3 adultos estadounidenses, según WebMD. Se presenta en personas con factores de riesgo metabólicos subyacentes, como:
- Obesidad
- diabetes tipo 2
- Resistencia a la insulina
- Hipertensión
- Colesterol o triglicéridos elevados
MASLD incluye dos formas:
- Esteatosis simple : acumulación de grasa sin inflamación significativa ni daño hepático.
- MASH (esteatohepatitis asociada a disfunción metabólica ): Una forma más avanzada que implica inflamación y daño hepatocelular. La MASH puede progresar a fibrosis, cirrosis e incluso carcinoma hepatocelular. Según WebMD, aproximadamente el 20 % de las personas con MASLD desarrollan MASH.
2. Enfermedad hepática relacionada con el alcohol (EHA)
Esta forma es consecuencia del consumo excesivo de alcohol y afecta aproximadamente al 5 % de los adultos estadounidenses . Si bien la EHA en etapa temprana puede revertirse con la abstinencia, el consumo continuo de alcohol aumenta el riesgo de inflamación hepática, fibrosis y daño hepático a largo plazo .
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