Mariana, mañana me casaré con otra mujer. Sé que si tú estuvieras viva, también habrías querido que encontrara a alguien a mi lado. No te olvidaré, pero debo seguir adelante… Estoy deseando reencontrarme con Laura.
Se me cayó una lágrima sin darme cuenta. Mientras limpiaba la lápida, oí unos pasos muy suaves detrás de mí.
Me giré, mis ojos todavía estaban rojos.
Ante mí se encontraba una mujer esbelta de unos treinta años, vestida con un abrigo beige claro. Su cabello ondeaba al viento y sus ojos brillaban de tristeza.
—Perdóname, no quise asustarte —dijo con voz temblorosa.
Asentí, secándome las lágrimas.
“No sirve de nada… ¿Estás aquí para visitar a alguien?”
Ella guardó silencio un momento, miró otra tumba y respondió:
Vine a visitar a mi hermana. Murió en un accidente de coche… hace cuatro años.
Continúa en la página siguiente⏭️
