- Pie diabético neuroisquémico: Esta afección se debe a una mala circulación causada por arterias estrechas o bloqueadas. Reduce significativamente el suministro de sangre al pie, lo que hace que los tejidos sean más vulnerables a lesiones, infecciones y gangrena.
¿Por qué se desarrolla el pie diabético?
Las causas fundamentales del pie diabético se encuentran en los efectos a largo plazo de la diabetes, principalmente daño a los nervios y circulación comprometida.
En la diabetes tipo 1, el sistema inmunitario ataca por error las células productoras de insulina en el páncreas, lo que provoca que los niveles de azúcar en sangre se disparen.
Sin un control adecuado de la insulina, este exceso de glucosa daña los vasos sanguíneos y los nervios, especialmente en las piernas y los pies.
Las úlceras y ampollas tienden a formarse en las zonas que soportan peso, como la planta del pie y entre los dedos. Si se ignoran, estas heridas pueden profundizarse y permitir que la infección se propague, lo que podría requerir tratamientos agresivos.
Señales de alerta temprana
El pie diabético suele presentar síntomas sutiles que no deben ignorarse. Estos incluyen:
- Calor inusual en un pie
- Entumecimiento o disminución de la capacidad para sentir calor, tacto o dolor.
- Sensaciones de hormigueo o de alfileres y agujas
- Heridas abiertas, cortes o llagas que sanan lentamente.
Tratamiento y prevención
Prevenir lesiones es fundamental en el cuidado del pie diabético. La inspección diaria de los pies es esencial; use un espejo o pida ayuda a alguien si es necesario.
Cualquier herida, incluso las menores, debe limpiarse y vigilarse de cerca para evitar infecciones.
En casos donde el daño tisular se agrava, podría ser necesaria la amputación. Este es un último recurso y destaca la importancia de la intervención temprana y la prevención.
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