¿Por qué solemos ser más duros con quienes amamos?

¿Por qué solemos ser más duros con quienes amamos?

 

Las personas que más amamos son también aquellas a las que más tendemos a herir, según sugiere un estudio estadounidense*. ¿Por qué?

Criticar a nuestro marido, “reprender” a nuestra mujer; ser complacientes con el amigo de nuestro hijo mientras lo reprendemos sin piedad; todo esto merece una pequeña explicación…

Con ellos, nos sentimos libres de expresar nuestro lado oscuro.

Nos esforzamos todo el día por ser amables y corteses. A veces, en el trabajo, incluso intentamos seducir a nuestros compañeros más crueles, o a aquellos que realmente nos sacan de quicio. Nos encontramos haciendo todo lo posible por complacer a nuestro jefe tiránico o caprichoso… Así que, cuando estamos con la familia o los amigos, ¡abajo la máscara social! ¡Si ni siquiera podemos “soltarnos” con quienes amamos! “Estamos convencidos, sobre todo, de que nuestros seres queridos deben amarnos como somos, con nuestras cualidades y nuestros defectos”, analiza la psicoanalista Gisèle Harrus-Révidi**. Esta creencia se explica por la seguridad que sentimos en nuestros vínculos con ellos. ¿Por qué ser tan cuidadosos con alguien cuyo amor parece darse por sentado? Es una postura infantil que se refiere al amor fusional madre-hijo (“Haga lo que haga, mi madre siempre me amará”).