Una nuera murió durante el parto. Ocho hombres no pudieron levantar el ataúd, y cuando la suegra exigió abrirlo…

Una nuera murió durante el parto. Ocho hombres no pudieron levantar el ataúd, y cuando la suegra exigió abrirlo…

Ataúdes y féretros: ¿Cuál es la diferencia? | Planificación de memoriales

“Abre el ataúd, todavía tiene algo que decir”.

Se quitó el pestillo. Cuando levantaron la tapa del ataúd, todos quedaron atónitos. Dos líneas de lágrimas se cerraban en el rostro de Elena. Tenía los ojos entrecerrados, las comisuras de las pestañas húmedas como si acabara de llorar. La señora Helen rompió a llorar, se arrodilló junto al ataúd y estrechó la mano de su nuera con voz temblorosa:

—Elena… no llores más… Si hay algo que no has dicho, dímelo… Por favor, hija mía…

La atmósfera en el funeral era de un silencio sepulcral.

De repente, se escuchó un sollozo. Todas las miradas se posaron en Louis, su esposo. Cayó de rodillas, cubriéndose el rostro con las manos, sollozando. Todos se sorprendieron. La señora Helen se giró, con la voz quebrada:

“Louis… ¿qué estás haciendo? ¿Escuchaste lo que dijo Elena?”

Luis levantó la cabeza, su rostro estaba cubierto de lágrimas, sus ojos estaban rojos, su voz estaba quebrada, estrangulada:

“Fue mi culpa… Lo hice irse con dolor…”

 

 

Todo el patio estaba en silencio, solo se oía el sonido de la lluvia torrencial. Louis sollozó al mirar el rostro lloroso de su esposa.

Ese día… se enteró de que tenía a alguien más… No dijo nada, solo se agarró el estómago y lloró toda la noche. Le prometí terminar, pero… pero estaba tan sorprendida… Esa noche, le dolía muchísimo el estómago… La llevé al hospital, pero ya era demasiado tarde… Lo siento… Me equivoqué… Elena…

El llanto resonó en el patio. La señora Helen temblaba, su voz se quebraba bajo la lluvia:

 

 

 

 

Continúa en la página siguiente⏭️